Comentario en La Voz

Ojo, contiene alto índice de spoilers (adelantos de la trama)

 

 

La ciudad de Córdoba está tomada

Juliana Rodríguez
De nuestra Redacción
jrodriguez@lavozdelinterior.com.ar

“W. Invasión extraterrestre”
Calificación: Muy buena. Autores y directores: Gonzalo Marull y Emanuel Rodríguez. Intérpretes: Carlos Possentini, Marcelo Arbach, Juan De Battisti y Nelson Balmaceda. Música: Simja Dujov. Sala: Cineclub Municipal Hugo del Carril. Miércoles a las 20.30 y 22.30.
Córdoba sufre una invasión, y no de mosquitos esta vez. Se estrenó W. Invasión extraterrestre en el Cineclub Municipal. En el escenario, el estudio de Radio Cooperativa Mercury, cuatro locutores representan el guión de “El mundo se va a acabar”, hasta que la ficción del éter amenaza con cobrar cuerpo en la Docta. Si hace 70 años Orson Welles sembró la histeria en Estados Unidos con La guerra de los mundos, ahora las noticias siembran una duda en plena Cañada, que podría cantarse al ritmo del hit de la Mona: ¿Quién ha tomado esta ciudad?
Como el primer meteorito que cae sobre la villa Los 40 guasos y obliga a rebautizarla Los 39 guasos (y, a medida que el caos crece, Los 38, Los 37), los mitos, orgullos y promesas de la ciudad van cayendo en manos marcianas. Tan marcianas que transforman la Escuela Olmos en un shopping, cobran dinero para acceder a las rutas, o convierten al intendente en un contador de chistes malos. Hechos que, desde ese pasado indefinido del estudio de radio, sólo la ciencia ficción podía concebir.
El actor Carlos Possentini comanda los flashes informativos, en los que dos locutores (Juan De Battisti y Marcelo Arbach) le ponen voz al movilero Moby Wells, a un ingeniero en aviación, o una vecina indignada porque los invasores destruyen lo que acaba de limpiar. Nelson Balmaceda es el nuevo que se foguea al aire, mientras interpreta cuartetazos existencialistas y pegadizos, con música en vivo de Simja Dujov.
El Jetón Almada y el Conejo Requena son los personajes que arman la resistencia desde la única trinchera genuina, el humor cordobés que Hortensia supo retratar, y enfrentan a los invasores a puro ingenio para apodar y metáforas con tonada.
El trabajo de Gonzalo Marull y Emanuel Rodríguez es, ante todo, una obra de teatro sobre un radioteatro y, como tal, exige y pone en escena más que la voz de los actores. Y asume, sin medias tintas, el riesgo de ser cordobesa hasta la médula, y recuperar la picardía, rapidez y ternura del legado de Cognigni.
Excepto por algunos rodeos que demoran el final y algunos subrayados prescindibles, W. Invasión extraterrestre logra tomar esa tradición y marca de la historia y el humor local, combinarla con ironía, y hacer una viñeta hilarante y melancólica de la ciudad que iba a ser y no fue.